miércoles, 8 de diciembre de 2010

Una carrera por el espacio



 
Para la humanidad el cielo fue, es, y seguirá siendo, una de las cuestiones más inquietantes para el conocimiento de nuestra especie. Desde nuestra etapa primitiva, el marco celeste ha cautivado la imaginación de los homos, y una vez evolucionados a lo que somos actualmente, esto sigue sucediendo.

Lo vemos en la película 2001: odisea al espacio en la primer escena hay unos remansos de hombres (tal vez homo erectus) peleando por un territorio en el cual hay agua, descubren las armas, la escena se corta y el siguiente paso son las naves espaciales.

Existen antecedentes de grandes culturas que realizaron importantes estudios sobre los acontecimientos del espacio y los astros. Egipcios, griegos, mayas, aztecas, entre muchos otros mas, realizaron sus propias investigaciones que los llevaron a un entendimiento cognitivo de este imponente tema.

Pero no fue hasta el siglo XX cuando este intento de conocer al mundo dejo de ser solo una observación desde la superficie terrestre, para convertirse en un estudio de campo.

Dentro de este marco, no solo fue la investigación lo que motivo a la exploración del exterior del planeta, fue durante la “Guerra Fría” que la exploración espacial logró grandes adelantos, gracias a la llamada “Carrera Espacial”.

Fue, en este periodo, donde las investigaciones espaciales previas, consiguieron dar un paso importante, es así que, la capacidad tecnológica de este periodo, logró dar una cohesión y un empuje bastante fuerte a todos estos estudios previos, por lo cual se dejo de soñar, para comenzar a actuar dentro del marco de este tema.

Varias fueron las razones por las cuales los competidores de esta carrera, se esforzaron tanto en conseguir resultados positivos dentro de esta carrera, tanto estadounidenses como soviéticos, debían demostrar quién era mejor y más importante aún, conseguir una ventaja frente al otro, ventaja tanto económica, tecnológica y militar.

Para muchos historiadores y científicos el comienzo de esta carrera espacial entre los EU y la URSS, es precisamente con el vuelo del satélite artificial Sputnik, o sea, el 4 de octubre de 1957.

Es así, que desde más de medio siglo atrás, la superioridad soviética durante los inicios de la carrera espacial era evidente y estaba basaba en gran parte en la capacidad para fabricar lanzadores de gran potencia.

“Los soviéticos tenían a sus espaldas hacía ya unos años la puesta en marcha de un reactor nuclear, la explosión de una bomba nuclear e incluso habían fabricado una bomba de hidrógeno capaz de ser transportada por un avión” [1].

Fue por todos estos hechos que la carrera espacial comenzó, ya que en los EU, los adelantos soviéticos se tomaron con una gran histeria, ya que temían la destrucción de su país desde el incontrolable, lejano y aun fuera de su alcance espacio exterior.

El Explorer  fue el primer satélite estadounidense, y fue lanzado apresuradamente unos meses después del Sputnik ya que no se podían quedar atrás.

Los demás países no protestaron en ninguno de los casos, sin importar  que los artefactos lanzados por las dos superpotencias, se mantuvieran rondando en distintas ocasiones al día sobre sus territorios sin autorización previa.

La redacción de gran parte del mundo fue completamente contraria a las molestias, la reacción fue de aceptación ya que con estos acontecimientos se daba inicio a una nueva etapa dentro de la tecnología, se deba inicio a la era espacial.

Durante la Guerra Fría, la propaganda se utilizo para una gran cantidad de aspectos, entre ellos y principalmente en EU, aunque en la URSS también tuvo un fuerte impacto, la difusión de los avances en materia de la astronomía. 

En 1953 por ejemplo con Nikita Jrushchov al frente del Kremlin el desarrollo de la balística y del programa espacial tuvo un gran apoyo.

“Gran parte del presupuesto estatal y cerca de medio millón de trabajadores de toda la Unión Soviética fueron destinados a culminar la conquista de la Tierra y del cielo.

Jrushchov se reafirmaba en su política de que el ejército comunista debía reforzarse con misiles más que con armas convencionales. Y así, con el objetivo de espolear el programa espacial, el régimen se valió de todos sus medios informativos. ”[2]

Es entonces que utilizando una gran cantidad de medios posibles, desde las escuelas se daba una educación enfocada a las necesidades de un desarrollo tecnológico astronómico, por lo que se enfatizaban temas como los nombres de los planetas así como el de los astrofísicos soviéticos.

La URSS comenzó a instaurar una gran cantidad de institutos técnicos de ingeniería, aerodinámica, geofísica y biomedicina, así como un importante número de fábricas metalúrgicas que comenzaron a producir las partes que integrarían a los futuros cohetes, mientras que los altos mandos se vanagloriaban de los éxitos obtenidos hasta entonces.

Pero lo que se hacía público era  solo una parte de los avances obtenidos por esta potencia, y principalmente se elevaban los nombres de los científicos hasta el estatus de héroes de guerra y líderes del Partido Comunista en apoyo a la aventura espacial.

Lo que reinaba en torno a maniobras se mantenía en un gran hermetismo, por lo que una parte importante de la información acerca de este tema, se mantuvo secreto durante un tiempo prolongado.

Una muestra importante de esto es Serguei Koroliov, este hombre quien fuera considerado en la URSS como el “diseñador principal” quien fuera uno de los hombres más importantes de los proyectos soviéticos en la carrera espacial, supervisando los proyectos de Sputnik y  Vostok así como principal diseñador del programa espacial soviético.

Sin embargo, Unión Soviética mantenía a Serguei Koroliov como una figura oscura velada por el secretismo estatal, supuestamente para proteger la integridad de los proyectos que éste tenía bajo su mando.

Y contrariamente a los que se hacía en la URSS, los EU, tenían a un hombre, tenían a un ingeniero que incluso llegó a superar la popularidad del presidente Kennedy, su nombre era Wernher von Braun.

Este hombre apasionado por la astronáutica que además era de origen  alemán, por muchos es considerado como el hombre más determinante en la historia de la cohetería, obviamente en los EU.

Fue un personaje carismático, que supo aproximarse al pueblo y ganarse a toda una generación de estadounidenses. Y su importancia es tal que fue este hombre, la persona que le dio a la NASA el Saturn V, el cual fue el cohete que llevó al hombre a la luna.

De esta manera podemos notar el contraste entre las dos superpotencias. Mientras que para la URSS el “Diseñador Principal” era su hombre más importante en el desarrollo de la carrera espacial y lo mantenían en gran medido oculto, en los EU a Wernher von Braun lo nombraron entre algunos otros  como Mister Space o el “Colón americano”, convirtiéndolo en un líder que elevaría el fervor de los estadounidenses acerca de la exploración del espacio.

Sin embargo,  fue la importancia del intenso trabajo que realizaron estos dos hombres, el que dio a la carrera espacial sus años de mayor productividad.



[1] Cabañas, Nadjejda Vicente. La cuenta atrás. De la carrera espacial al turismo cósmico. Pág. 21.
[2] Cabañas, Nadjejda Vicente. La cuenta atrás. De la carrera espacial al turismo cósmico. Pág. 43.

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